La Pastoral Educativa, en medio del dolor y sufrimiento de la humanidad ante la pandemia, acompaña en la contemplación de “Jesús como siervo”, es el reflejo de quien sufre y triunfa, considerando en todo momento que Dios nos salvó, sirviéndonos por medio de su Hijo. Su amor lo condujo al sacrificio de la Cruz por nosotros, dejando que el mal se ensañase con Él, contando simplemente con la fuerza del amor.
Acompañamos a toda la Comunidad Educativa, con la exclamación confiada de San Francisco de Asís: “Mi Dios y mi todo”, porque el Señor conoce nuestro corazón, nuestros deseos y angustias, mejor que nosotros mismos. Cuando nos encontremos en un callejón sin salida, escuchemos la voz del Padre, que nos dice: “Ánimo, yo estoy con ustedes”.
El camino del abandono y de la búsqueda de Dios, es el que triunfa. No tengamos miedo de volver a Dios, que nos espera para darnos el abrazo del Padre que nos espera en el camino de la vida, y saldrá a nuestro encuentro cuando decidamos volver a Él.
Recordemos las palabras de San Francisco de Asís: “Señor, ¿Qué quieres que haga?” y escucharemos la respuesta: “Levántate y Anda”.